HISTÓRICO
Universidad
de Ciencias Médicas de La Habana (UCMH)
Instituto
de Hematología e Inmunología
Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini. In memoriam
Libet
de las Mercedes Bosch-GonzálezI, Aymara Baganet CobasII,
Viviana Sabournit FerrierIII, Tania García PeraltaIV,
Ana Maria Trujillo CañeteV
I
Especialista Primer Grado Hematología. Asistente. Investigador agregado.
Instituto de Hematología e Inmunología. E.mail: lbosch@infomed.sld.cu
II
Especialista Segundo Grado Ortopedia y Traumatología. Investigador auxiliar.
Instituto de Hematología e Inmunología. E.mail: aymara.baganet@infomed.sld.cu
III
Especialista Primer Grado Hematología. Aspirante a investigador. Instituto
de Hematología e Inmunología. E.mail: viviana@hemato.sld.cu
IV
Especialista Segundo Grado Hematología. Master en Enfermedades Infecciosas.
Profesor auxiliar. Investigador agregado. Instituto de Hematología e Inmunología.
E.mail: taniagarcia@infomed.sld.cu
V
Especialista Primer Grado Hematología. Asistente. Hospital Pediátrico
Universitario "Octavio de la Concepción y de la Pedraja". E.mail:
atrujillo@hpuh.hlg.sld.cu
RESUMEN
El doctor Gustavo Pittaluga Fattorini, sabio tropicalista, hematólogo y humanista de prestigio universal, vivió los últimos 14 años de su vida entre nosotros como exiliado político antifascista y durante su estancia en Cuba nos dejó el fruto de su gran talento. Desarrolló durante este tiempo una labor científica y cultural de indiscutible relieve, avalada por la publicación de libros, así como varios centenares de artículos, conferencias en periódicos y revistas del país o dictadas en prestigiosas instituciones nacionales. En el desempeño de su cátedra, el estudio de las enfermedades parasitarias como el paludismo, obligó al profesor Pittaluga a un mejor conocimiento de los elementos sanguíneos; de ahí que promoviera la creación de un servicio especial orientado a ese fin y como consecuencia de esos estudios llegara a convertirse en uno de los primeros hematólogos del mundo y fundara una Escuela Española de Hematología donde se formaron investigadores de gran talla que junto a su Maestro dieron gloria a la Medicina hispana.
Palabras clave: Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini, Escuela Hematológica Española, elementos sanguíneos, antifacista.
ABSTRACT
Dr.Gustavo Pittaluga Fattorini (1877-1956), was a wise renowed tropicalist hematologist and universal humanist who lived the last fourteen years of his life among us as a political exile antifascist. During his stay in Cuba he left the fruit of his talent. He developed an outstanding scientific and cultural work of unquestionable highlight supported by the publication of books and hundreds of articles and lectures in newspapers and magazines of the country and prestigious institutions. During the performance of his chair,the study of parasitic diseases such as malaria led him to a better understanding of blood elements. Therefore he promoted the creation of a special service geared towards this purpose and as a result of his studies he became one of the world's top hematologists and contributed to the creation of a Spanish school where great Hematology researchers along with their Master formed and gave glory to the Hispanic Medicine.
Key words: Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini, Hematological Spanish School, blood elements, antifascist.
INTRODUCCIÓN
En noviembre de 1877, nació el doctor Gustavo Pittaluga Fattorini, hematólogo, fundador de la Escuela Española de Hematología de prestigio mundial, humanista, sabio tropicalista, además, autor de ensayos, artículos y libros que lo caracterizan como un gran pensador filosófico de las ciencias. Hombre de carácter severo y riguroso, que ejerció cargos políticos con una alta responsabilidad y firmeza.1 Muchos estudiosos se han interesado en conocer su vida y obra en nuestro país; entre ellos se destacan el Dr. Gregorio Delgado García y el Dr. Enrique Baldarraín Chaple.2,3
Con este trabajo queremos rendirle un homenaje de recordación al haberse cumplido 57 años de su desaparición física en nuestra patria, el 27 de abril de 1956.
¿Quién fue el Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini?
Nació en Florencia, capital de Toscana, Italia, el 10 de noviembre de 1877, en el seno de una familia notable por el nivel cultural de sus miembros.
Pittaluga estudió la carrera de Medicina en la Universidad de Roma y durante los 2 últimos años ocupó el cargo de Asistente de la cátedra de Psiquiatría con el famoso profesor Mingazzini. 4,5 En 1901, alcanzó el Doctorado en Medicina y Cirugía con la tesis Acromegalia y tumores de la hipófisis, trabajo citado como uno de los primeros sobre la Enfermedad de Pierre Marie.
En 1903, se celebra el Congreso Internacional de Medicina que se desarrolla en Madrid donde Pittaluga presenta su estudio Etiología y epidemiología del paludismo. Entre los asistentes estaba un importante histólogo español, don Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), a quien le llamó la atención este joven doctor que aunque no tenía mucha experiencia sí trataba los problemas de la Medicina de su época con gran acierto.
Cajal, quien en aquella época era director del Instituto Nacional de Higiene "Alfonso XIII" de Madrid, lo Invita a trabajar con él, lo cual Pittaluga acepta. Por esta época, contrae matrimonio con la madrileña María Victoria González del Campillo, con quien tendría tres hijos; uno de ellos, Gustavo, llegaría a ser músico de prestigio internacional.
A partir de 1905, comienza una larga y prestigiosa carrera científica en España donde obtiene brillantes títulos, así como importantes cargos como fueron el de Doctor en Medicina y Cirugía en la Universidad Central de Madrid; jefe de los Servicios de Desinfección de Madrid y, en 1909, jefe de la Sección de Parasitología del Instituto Nacional de Higiene "Alfonso XIII".1-3
Desde 1923 a 1938, fue miembro y después vicepresidente del Comité de Higiene de la Liga de las Naciones; viajó también en misión de estudios sobre problemas sanitarios por numerosos países, en los que asistiría a varias epidemias de dengue. En 1934, el gobierno republicano español lo nombró director del Instituto Nacional de Higiene de Madrid, cargo que mantuvo hasta la caída de la República en 1939. En París, presidiría un congreso internacional sobre transfusión de sangre.1-6 Paralelamente y a lo largo de todos estos años, publicó numerosos libros y artículos de gran importancia.
El desarrollo de su cátedra sobre el estudio de las enfermedades parasitarias como el paludismo, obligó al profesor Pittaluga a mejorar sus conocimientos relacionados con los elementos sanguíneos, lo que traería como consecuencia convertirlo en uno de los primeros hematólogos del mundo que revolucionaría con sus ideas los que hasta ese momento se tenía sobre la Hematología. 7,8
Asimismo, el profesor Pittaluga cumpliría una función como pionero de las investigaciones de la sangre, y sería el fundador de la moderna Hematología. Su Manual de Enfermedades de la Sangre y Hematología Clínica (1922) marcaría un viraje en algunos conceptos y teorías sobre Hematología, ya que había en aquella época un concepto muy pobre y dividido de las alteraciones de los glóbulos rojos.1, 2, 7,8
Todos estos hallazgos fueron indispensables para el tratamiento de las enfermedades de la sangre. Describió la relación que existe entre ciertas formas de glóbulos blancos en los períodos infecciosos. Todos los médicos de clínica médica en el mundo están de acuerdo al afirmar que su libro Enfermedades del Sistema Retículo-Endotelial (1935), es un resumen de tan importantes estudios y descubrimientos; fue en su época la obra cumbre de esta materia. 1, 2,6-8
En 1915, publicó, por indicación del profesor Albert Robin, con quien había trabajado en el Hospital "Beaujon" en París, su Nota sobre Hemodistrofias y sobre una nueva clasificación de las Hemopatías.1, 2,5 Poco más tarde, en la primera edición del Tratado de Medicina Interna (1917) de los profesores Gregorio Marañón y Tomás Hernando, aparecería el capítulo sobre "Enfermedades de la sangre", redactado por Pittaluga, verdadero Tratado, en el que se discuten ampliamente los caracteres comunes de este grupo de procesos morbosos, algunos de ellos incluidos hasta entonces entre las anemias o estudiados aparte, como diátesis hemorrágicas.7
Numerosos trabajos suyos como Las hemodistrofias y la patología infantil (1918); Un caso de hemofilia. Contribución al estudio de las hemodistrofias (1920); Las hemodistrofias y las leyes mendelianas de la herencia (1920); Cuatro casos de púrpura hemorrágica (1921); Un caso de hemoglobinuria paroxística (1923); La anamnesis familiar en las enfermedades de la sangre (1927), entre otros, contribuyeron en la época al afianzamiento de su concepción sobre las hemodistrofias, aunque modificándola en algunos aspectos y completándola en otros.5-8
De 1926 a 1927, impartió un largo curso de Hematología en la Universidad de Buenos Aires; otros, en las universidades de Montevideo y Río de Janeiro, así como en la Escuela de Medicina Tropical de Puerto Rico. En 1935, estuvo en los Estados Unidos de Norteamérica, invitado por la Rockefeller Foundation para dictar cursos científicos y pasó luego a México en cuya Universidad Nacional Autónoma desarrolló igualmente sus conocimientos. Su patria de origen, Italia, no fue nunca olvidada por Pittaluga y en las universidades de Roma y Génova ofreció importantes cursos sobre sus especialidades.
Los muchos triunfos alcanzados lo llevaron a recibir honores de prestigiosas universidades, las que le concedieran el Doctorado Honoris Causa, entre ellas la Sorbona de París, así como las de Bucarest, Buenos Aires, México y Roma, y elegido miembro de la Sociedad Española de Historia Natural; Sociedad Española de Biología; Sociedad Española de Higiene y las Academias de Ciencias Médicas de Roma, Bolonia, Bucarest, Buenos Aires, México, La Habana y muchas otras. 9,10
¿Cómo llega a Cuba el Doctor Pittaluga?
El prestigioso ensayista y crítico cubano Fernando Ortiz, a través de la Institución Hispano-Cubana de Cultura, invitó a acreditados intelectuales españoles para ofrecer conferencias o cursos cortos en Cuba con el objetivo de dar a conocer diversos temas de gran interés, en las especialidades de las Ciencias Sociales y, particularmente, sobre importantes temas científicos. El doctor Pittaluga fue uno de ellos. Llegaría a La Habana por primera vez en diciembre 1937, para dictar un ciclo de conferencias entre diciembre y enero de 1938.1, 2,5 Ese año, la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana y el Instituto "Finlay" lo invitan a dar un Curso sobre Hematología, que fuera antologado por el doctor Víctor Santamarina Salanueva en un volumen de 205 páginas, titulado Conferencias de Hematología (1938) y publicado por la Universidad de La Habana.1, 2,5
También realizaría una profusa labor como conferencista. Su primera disertación sería sobre "El mito de la sangre", en la que trataría temas sobre la leyenda de la sangre, el sacrificio de la sangre, los diferentes símbolos que representan a la sangre y, por último, el conocimiento de la población sobre esta.5 Comienza haciendo un recordatorio sobre muchas tribus, en las que en adoración a sus dioses, y con el objetivo de aplacarlos, acompañados de un sacerdote y una joven impúber, dejaban carne y sangre a la orilla del río, habitado por un cocodrilo; tradición y conducta que han modelado un mito de la sangre, que acompaña al Hombre desde la Prehistoria, y considerado como símbolo desde los comienzos de las culturas.
Sus conferencias se iniciarían también desde el estudio de la Antropología; se referiría a la imbricación de la sangre del parto, la menstruación y la del humano herido que han constituido mitos de la sangre a la vida y la muerte.2
Otra de sus importantes conferencias se tituló "¿Que es la sangre?", y en ella abordó diferentes temas como la sangre cotidiana, la menstrual, el plasma y la composición química de la sangre, los glóbulos rojos y la hemoglobina, los glóbulos blancos, la defensa de la sangre y la coagulación de esta.5 Fue debatida aquella que se efectuaría el domingo 9 de enero de 1939, sobre las concepciones de la sangre de la desfloración, todavía un mito para algunos pueblos mediterráneos, hasta la sangre del parto, que es a un tiempo signo de vida nueva y muerte precoz. En relación con la sangre menstrual, habló primero de su significación ginecológica, luego desde el punto de vista hematológico y neurofisiológico, las características de su primera aparición, que varía con la edad, el clima, la raza, la constitución orgánica y la alimentación. Seguidamente definió su concepto de sangre, definió los glóbulos rojos y los glóbulos blancos, sus principales características y funciones; la hemoglobina y su principal función; además, abordó, en forma amplia y con ejemplos, la coagulación sanguínea; explicó el mecanismo de la coagulación y terminó la conferencia, refiriéndose a la sangre como medio interno; como coordinadora de la actividad, de la emoción, que es la esencia del temperamento. Una tercera conferencia fue "Sangre y Cerebro", impartida el domingo 16 de enero de 1938 y en la que se referiría básicamente a la nutrición del cerebro y cómo el riego de la sangre depende de muchas circunstancias: de la corriente sanguínea, la capacidad de refracción y dilatación de los vasos. Para Pittaluga, tanto el temperamento como el carácter parecen depender de los componentes bioquímicos de la sangre. También planteó que cuando existen afecciones del riñón, se produce retención de sustancias nocivas en la sangre; se altera la nutrición de todos los tejidos y ocurre la uremia que desencadena en la persona el coma. Entonces hay que sustraer la sangre nociva, técnica que hoy se conoce como hemodiálisis. 2
La cuarta conferencia, el domingo 23 de enero de 1938, se denominó "El linaje de la sangre", en la que se abordaron temas como la herencia de la sangre, los grupos sanguíneos de la especie humana, la sangre y la raza, la patología constitucional de la sangre.
La quinta conferencia, el 30 de enero, "Sangre y enfermedades" trató temas como los factores externos e internos de las alteraciones de la sangre, las enfermedades de la sangre, los tratamientos, la sangría y la transfusión de sangre. En todas, otorgaría a la sangre un papel fundamental en el funcionamiento del organismo humano y en la práctica de la Medicina. Afirmó que el diagnóstico precoz, representativo de más de la mitad de la curación de casi todos los enfermos, estaba basado en la observación de la sangre, pues con ello se lograban convenientes afirmaciones o negaciones. Se refirió a las diversas enfermedades de la sangre: anemia, leucemias; expresó que las alturas aumentan los glóbulos rojos, pues la falta de oxígeno necesario se suple con el aumento de la superficie para fijar los glóbulos rojos.
Sobre los tratamientos para la curación de algunas enfermedades sanguíneas mencionó la sangría y la transfusión de sangre. La última de las conferencias fue "La risa y la sangre". Se refirió a que el estado de salud, categorizó, está en íntima conexión con el estado de la sangre, el buen humor, la alegría de buena ley y la risa ejercen una acción positiva en la sangre. Así, finalizaron las conferencias de este destacado y prestigioso científico, las que serían ampliamente divulgadas en periódicos y revistas de aquella época y en las que podemos apreciar el interés que despertaron tanto en la comunidad científica como público en general.
Después de estas conferencias, ya no puede regresar a España, debido a la victoria del franquismo; fue entonces acogido por Francia y con tan larga trayectoria científica reconocida en ese país lo nombran jefe del Servicio de Transfusiones de Sangre en el Hospital "Saint Antoine" de París; llegó a ser presidente de la Sociedad Francesa de Hematología.2,5 En este país continuará sus investigaciones a pesar del gran dolor de haber perdido a su amada patria adoptiva, donde fundó su hogar y dejaba ahora cátedra e instituciones tan queridas, a las que había entregado lo mejor de su vida. En Francia, estudió la maduración de los mieloblastos, las transfusiones sanguíneas en las mielocitosis y especialmente la diferenciación de los reticulosarcomas de las reacciones simplemente inflamatorias.
En esos momentos, Francia era víctima también de la invasión fascista. Por sus ideas antifacistas, su vida correría peligro también en este país por lo que al doctor Domingo F. Ramos Delgado (1884-1962), profesor de Patología General de la Universidad de La Habana, y Ministro de Defensa de Cuba en ese momento, se le permitió por las autoridades entreguistas de Vichy, que el profesor Pittaluga viniera a impartir un curso en la Universidad de La Habana. Así, llegaría a nuestras costas en septiembre de 1942. 8-11
Al arribar a Cuba, la reconoció como propia patria, asimiló todas nuestras costumbres y cultura, y llegó a ser un cubano más. En la actualidad, existe todavía la casa donde vivió, ubicada en la calle Línea 603 entre B y C en el céntrico municipio de El Vedado. (Figuras 1 y 2). En el frente de la casa, hay una placa-recordatorio del célebre científico. La Universidad de La Habana, en la que incorporó su título de Doctor de Medicina y Cirugía en 1944, lo contrató nuevamente como profesor invitado de su recién creado Instituto de Investigaciones Científicas y en él ofreció cursos durante 1943 y 1944. Su nuevo libro, en 1943, lo titularía La Patología de la Sangre y el Sistema Retículo-Endotelial, el primero que publicaba en Cuba, ya establecido en nuestro país. A este seguiría, en 1945, Diagnóstico y tratamiento de las hemodistrofias. Con estos dos libros culminaría su extraordinaria labor de investigación en el campo de la Hematología clínica. Colaboró durante un tiempo con el profesor Pedro Kourí Esmeja (1900-1964), quien le abriera las puertas de su cátedra de Parasitología y Enfermedades Tropicales de La Universidad de La Habana y el Instituto Nacional de Hidrología y Climatología Médicas y lo invitaría a formar parte como miembro asesor de su Consejo Científico, al nombrarlo jefe del Departamento de Investigaciones Biológicas e Hidrológicas y jefe de redacción de su Boletín, en el que aparecieron no pocos trabajos suyos. 8,11
No detuvo el sabio su labor. En 1946, publicó Clínica y Laboratorio en colaboración con los doctores Enrique Galán Conesa y Antonio Guernica de Roux; en 1948, aparece Vitaminas y sangre, volumen de 770 páginas, en el que se mezclan sus grandes conocimientos en estos dos importantes aspectos de la Medicina; en 1950 ve la luz en México su libro, escrito en La Habana, Sangre y Sexo y, en 1952, la Editorial Faro le publica una serie de monografías de Biología y Medicina, en la cual aparece como primer número su libro El plasma sanguíneo, el plasma intersticial y la linfa (1952).12
Otra tarea que desarrolló en Cuba en el campo de las ciencias, fue la de traductor. Por encargo de editoriales cubanas va a traducir al castellano, del inglés, el notable Diccionario práctico de medicina, del doctor Stedman, voluminosa obra de 1 444 páginas, de un gran valor en su género y Principios de Hematología, de Russell L. Haden, tercera edición, obra a la que se permitió hacer algunas correcciones, aportadas por su Escuela, además del Manual de Micología Clínica, del profesor Norman F. Connant y colaboradores. 7-12
En el campo de la cultura mantuvo el mismo desarrollo y entusiasmo que en el campo científico. Centros culturales de la importancia de la Academia de la Historia de Cuba, lo consideraron como Académico correspondiente y en la que ingresara en 1948 con su formidable estudio Ensayo para una historia de los sentimientos; la Academia Nacional de Artes y Letras en la que se integró también como Académico correspondiente, en 1950, con su trabajo El estilo literario y el lenguaje científico; El Ateneo de La Habana en el que brindó conferencias de la importancia como "Miguel Servet y su tiempo" así como la sociedad femenina Lyceum Lawn Tennys Club, por la que sintió especial predilección y en la que desarrolló numerosos ciclos de conferencias como el que dedicó a "La función de los intelectuales" (abril de 1954); "Temperamento, carácter y personalidad" y la lectura de algunos capítulos de su libro dedicado a Cuba, Diálogos sobre el Destino (1953), que obtuvo el Premio Ricardo Veloso en el concurso organizado por la Cámara del Libro Cubano en 1950. En este libro escribe algo muy interesante: "Cuba debe proponerse, para cuando haya alcanzado la virtud necesaria para ello, aunar las voluntades de los pueblos del Mar Caribe para crear la Federación de los Siete Estados de CentroAmérica, con el apoyo previo de México al Norte y de Venezuela al Sur. Ese es su destino."2, 4-8
Su preocupación por la mujer lo llevó a una honda meditación sobre su proyección en la historia que le hizo escribir su mejor libro escrito en Cuba y publicado en Buenos Aires, en 1946: Grandeza y servidumbre de la mujer, obra que por sí sola acredita al profesor Pittaluga como ensayista, historiador y filósofo de cualidades notabilísimas. 2
Desde la prensa y la radio llevó sus conocimientos a todo el pueblo cubano. Mostró su trabajo, primero en la revista Carteles y por mucho más tiempo en el periódico Información y la revista Bohemia; en esta última se extendió su colaboración desde 1949 hasta su muerte en 1956 y publicó numerosísimos artículos, verdaderos ensayos cortos sobre temas científicos. 2,11
Otro de sus grandes amores cubanos fue la "Universidad del Aire", programa radial de alta cultura, fundado y dirigido por el doctor Jorge Mañach Robato (1898-1961), que se trasmitía por el Circuito CMQ, una vez por semana. En él ofreció en forma de curso la lectura de su ya citado libro Diálogos sobre el Destino y participó activamente en cuantos cursos se desarrollaron en su época, sobre todo en aquel inolvidable de "Formación Cultural" (noviembre de 1953 -enero de 1956), en el que impartió conferencias tan notables como "La medicina griega: Hipócrates y Galeno", "Lucrecio y su poema De la naturaleza", "La Divina Comedia", "Leonardo da Vinci", "Leopardi", "La medicina experimental de Claude Bernard" y "Claude Bernard y la fisiología experimental".2,10,11
A esta Institución, ya muy delicada su salud, fue llevado casi en brazos y desde sus micrófonos habló por última vez al pueblo cubano, que vivía entonces momentos de penumbra, lleno de fe en su luminoso destino.
El 27 de abril de 1956 dejaba de existir, a los 78 años de edad, en el pabellón "Borges" del Hospital Universitario "General Calixto García" de La Habana. Con su muerte, perdía el mundo uno de sus más eminentes científicos y Cuba un hijo adoptivo que le dio generosa y amorosamente, el fruto maduro de su talento extraordinario.
CONCLUSIONES
Han pasado más de 50 años de la desaparición física del doctor Osvaldo Pittaluga, pero su huella ha quedado impresa en muchos de los que han seguido su magnífica obra.
Hombre que se adelantó a su tiempo, que se adentró no solo en el
campode las Ciencias Médicas sino también en las Ciencias Sociales
y Culturales, debió vencer numerosos obstáculos, pero nunca se dio
por vencido y por esa tenacidad que lo caracterizó su prolífera
obra científica hasta hoy es
objeto de estudio en numerosas partes
del mundo y un ejemplo a seguir.
Nuestro respeto y admiración perenne para quien llegara a convertirse en uno de los primeros hematólogos del mundo.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
1. Delgado García G. "Evocación del profesor Gustavo Pittaluga en el vigésimo quinto aniversario de su fallecimiento". En: Delgado García G. Estudios sobre Historia Médica Cubana. Cuad. Hist. Sal. Púb. 66. Ed. Cen. Nac. Inf. Cien. Med. La Habana. 1983; 149-164.
2. Beldarraín E. "Gustavo Pittaluga y la Institución Hispano-Cubana de Cultura". Catauro Rev Cubana de Antropología. 2010;11(21):66-83.
3. Baquero G. "Gustavo Pittaluga, un hombre de cultura". Diario de la Marina. La Habana. Abril 30 de 1956.
4. Gómez Ocaña José. Discurso leído en la Real Academia de Medicina en el acto de recepción pública del académico electo Dr. Gustavo Pittaluga. Madrid.1915.
5. Santamarina, Víctor. "El prof. Gustavo Pittaluga". Archivos Médicos de Cuba. 1956, p. 221-227.
6. Saye Luis. "A la memoria de seis maestros desaparecidos". Medicina clínica.1957, p. 416-422.
7. Marañón Gregorio La medicina y los médicos. Barcelona: Editorial Espasa-Calpe; 1962.
8. Matilla V. 202 Biografías Académicas. Madrid: Real Academia Nacional de Medicina; 1987, p. 159-160.
9. Castillo Martínez P. "Presentación del Dr. Gustavo Pittaluga". Ultra. La Habana. 1938; 4 (2): 177-179.
10. Mañach Robato J. "Palabras preliminares". En: Pittaluga Fattorini G. Diálogos sobre el Destino. 3ª edición. La Habana: Ed. Isla, S. A.; 1960, p. 7-17.
11. Remos Rubio JJ. "El doctor Gustavo Pittaluga, ensayista". Anal Acad. Nac. Artes y Letras. La Habana: 1950; 32: 5-12.
12. Galán Conesa E, Guernica de Roux A. Clínica y Laboratorio. La Habana: Ed. M. V. Fresneda; 1947. 459 p.
Recibido: 1 de
diciembre de 2013
Aprobado:
10 de enero de 2014
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